Magnífica noticia para comenzar el año nuevo. Dice
El Correo en su edición del 5 de enero que la crisis económica
puede paralizar el proyecto de macrodepuradora en Lamiako porque nadie quiere hacerse cargo de los más de
116 millones de euros que costaría levantarla.
Era algo de lo que ya hablábamos en el
2011, y aún antes, en agosto de
2010, pero que solo podíamos plantearlo como deseo en nuestros inconscientes, sin que eso frenara la lucha para poner fin al despropósito que se pretendía. Porque al fin y al cabo era solo eso.
Cómo definir si no, la construcción de una macrodepuradora en una zona inundable y encima sobre los terrenos en los habitan numerosas y excepcionales aves. Por no hablar, por supuesto, de los perjuicios más que notables a la población que reside a menos de 200 metros, una población ya perjudicada por el entorno industrial en el que vive: fábricas químicas, terrenos contaminados, la miniacería al otro lado de la ría,…
Es lamentable que el proyecto se haya caído por falta de dinero y no por las
irregularidades y diversas barbaries que se habían cometido y se pretendía cometer con el mismo, tanto con las personas que habitan a su alrededor como con las aves que viven dentro de la zona. El proyecto salvaba esa distancia ínfima de 200 metros por la supuesta modernez de la planta, toda cerrada y teóricamente silenciosa e inodora. Ya comprobamos que no era cierto una cosa ni otra, con la visita a la depuradora de
La Cartuja, en Zaragoza, también cerrada pero para nada silenciosa, ni inodora (aparte de que aquélla está situada en un paraje alejado kilómetros de la población más cercana).
Preguntas sin respuesta
¿Qué pasará ahora con el
dinero invertido en la redacción del anteproyecto, correcciones, expropiaciones, estudio de impacto ambiental (un estudio bastante "sui generis” porque recogía expresamente que no estudiaba el impacto ambiental por falta de tiempo)? ¿Qué
destino tendrán ahora las expropiaciones realizadas? ¿Quedará pendiente todo para cuando haya dinero suficiente para recomenzar el proyecto? ¿Se seguirá manteniendo entonces vigente un proyecto que viene de
1979 cuando las expectativas de crecimiento eran unas y la realidad se ha visto que es otra? ¿Qué pasará con la depuradora de
Galindo, que todos los informes técnicos vaticinaban una saturación para hace ya dos años? ¿Ya no está saturada? ¿Si está saturada, qué se hace con los vertidos que no puede depurar? ¿Se podría optar por
depuradoras más pequeñas y acordes a las poblaciones y usos en los que se construyeran, tal como solicitaba la Asociación de Vecinos de Lamiako-Txopoeta para aportar soluciones a la no construcción de la macrodepuradora
¿Se podría mantener la idea de la recuperación del humedal, con un pequeño centro de interpretación, como Salburua, con la consecuente creación de mano de obra a corto plazo (construcción) y a largo plazo (mantenimiento del Centro y del humedal) y la puesta en valor de una zona depauperada para el uso y disfrute de la población?
Muchas preguntas sin respuesta. Desde aquí
apostamos por la recuperación del Humedal de Lamiako así como por la compatibilización de una zona de disfrute humano sin que ello suponga una intrusión en el hábitat animal.