Nada sobre las alegaciones
La Confederación Hidrográfica del Cantábrico por fin se ha dignado a contestar, pero no como cabía de esperar. Y es que se han pasado por el "forro" la mayoría de las alegaciones presentadas y tan sólo han considerado oportuno responder a la inexistencia de estudios sobre el impacto ambiental.
Por ello, han hecho llegar a la Plataforma un cd en el que se adjuntan dos documentos que teóricamente tenían que solventar este aspecto. Y decimos que teóricamente porque en la práctica lo que han hecho ha sido una revisión y análisis de los documentos que ya tenían, cuando lo lógico habría sido realizar nuevos, profundos y actuales estudios sobre la fauna, flora, conectividad ecológica y el impacto que la macrodepuradora proyectada tendría en todo ello.
El propio Anteproyecto y su Plan de Impacto Ambiental reconocían esta carencia. Textualmente decía: "no se ha llevado a cabo un estudio faunístico en el terreno para poder conocer los animales que lo habitan de forma continuada, de forma temporal, etc. No se ha dispuesto de un periodo favorable para el estudio de la fauna afectable. En su momento se procederá a ello y se tendrán los datos que confirmen la presencia o ausencia de especes endémicas y protegidas..."
Y este nuevo informe presentado mantiene esa omisión de datos, basando todas sus conclusiones en el análisis de la documentación antigua y despreciando la futura con frases como "Si se quisiera más finura en el diagnóstico faunístico, sería necesario un esfuerzo de muestreo específico."
Nada del resto de alegaciones
Es vergonzoso que la Confederación no haya dicho nada de nada del resto de alegaciones, que no hayan dicho nada de la revisión del Plan de Saneamiento de la ría del Nervión, de por qué no se hace ya un emisario submarino o de la separación de aguas pluviales y fecales, del necesario estudio de alternativas que sigue sin hacerse, de la ausencia de estudios sonoros o de la definición precisa de los procesos finales de tratamiento de aguas residuales.
Tan sólo se han centrado en dar una vuelta a la información que ya tenían, y dejando patente que la llamada Consultora de Recursos Naturales, que firma el documento, ni siquiera se ha pasado por aquí a ver el Humedal que tenía que estudiar. Si no, no se comprende que cometan erratas en la denominación de lugares tales como calle Longilena por Langileria, Gandio por Erandio o Sondita por Sondika, más si cabe tratándose de una empresa vitoriana.