El río Gobelas también merece un respeto

Los campos de fútbol de Lamiako acogen estos días la tercera edición del Mundialito BBK, un campeonato de fútbol cuyos participantes son selecciones formadas por personas que han emigrado a Vizcaya en busca de un futuro mejor. Este año se enfrentan 16 equipos masculinos y 8 femeninos, aparte de una selección de Euskadi. Todos lucharán para desbancar a los equipos de Bolivia y Paraguay, ganadores del año pasado. Además, como novedad este año, la final se jugará en San Mamés.
Todos los fines de semana, los partidos congregan a un gran número de aficionados y dan vida a una zona de la dársena de Lamiako que clama por ella. Sin embargo, es de lamentar el poco cuidado que se tiene con la basura creada, y el río Gobelas, que corre paralelo a los campos, es víctima muda de ello. Allí van a parar latas, bolsas y otros desperdicios. Quizá por eso, para vengarse un poco, cuando algún balón cae a sus aguas (y raro es el día que no caen uno o dos), ya no se lo devuelve, por muchas artimañas que busquen para rescatarlos.
Al término de los encuentros, dos o tres esforzados voluntarios se afanan por limpiar parte de la zona, pero ¿acaso no sería más fácil para todos el que no se ensuciara? Estaría bien que la organización de estos partidos y de las fiestas que se montan, aparte de pintar con mimo las líneas blancas de los campos, mostrara el mismo interés en cuidar el entorno, colocando unas papeleras que evitaran en lo posible la suciedad, o al menos, dejara en evidencia a aquel que tirara su basura al suelo.

Unos contenedores, por favor
El ayuntamiento de Leioa también podría poner algo de su parte, instalando los fines de semana unos contenedores orgánicos y de reciclaje. O incluso, unos urinarios portátiles, como los que se colocan en fiestas. Así, el único agua que regaría los pinos sería el que cayera del cielo y no los orines de los aficionados, que vacían sus vejigas de espaldas a los campos y de frente a las viviendas.
Sin embargo, sabemos que al alcalde no le gusta ensuciarse las manos, que sólo le gusta salir en la foto para lo bueno. Ya veremos quién les dice a todos estos equipos que tienen que irse a jugar a otro lado cuando vengan las máquinas para hacer la depuradora. ¿Será el alcalde Eneko Arruebarrena el que se lo diga, el mismo que estuvo presente en la inauguración de este tercer Mundialito?